El maltrato animal es una realidad en Yucatán, estado que de acuerdo a activistas por los derechos de estos seres, ocupa el primer lugar a nivel nacional en la materia. Pese a que desde 2021 las autoridades cuentan con Unidad para atender estos casos, para los rescatistas la Ley es “letra muerta”, pues la crueldad persiste en la entidad.
A través de redes sociales y medios locales se han difundido decenas de casos de maltrato animal, tanto en Mérida como en otros municipios. Casos de perros “macheteados”, arrastrados por vehículos, quemados con aceite, decapitados, abandonados a su suerte y hasta violados han cimbrado a la sociedad en los últimos años.
“En Mérida y en Yucatán, el maltrato animal ya está fuera de control” coinciden rescatistas independientes, quienes prácticamente cada semana se manifiestan en el Monumento a la Patria para denunciar un nuevo caso de maltrato; condenar las corridas de toros; u homenajear a algún activista fallecido. Esta no será la excepción.
Recordaron que el 26 de mayo del 2021 las autoridades estatales anunciaron la creación de la Unidad Especializada de Maltrato Animal de la Fiscalía General del Estado (FGE), la cual, acusan, “no tiene función alguna”, pues aseguran que su personal carece de capacitación para brindar atención a las víctimas.
La rescatista independiente Elsa Arceo lamentó que Yucatán siga “en números rojos” en cuanto a maltrato animal. Ella asegura que los reportes que recibe han aumentado en un 80 por ciento en el último año, ya que semanalmente puede recibir hasta 150 reportes.
Uno de los casos más sonados fue el del perro Rufo, quien fue decapitado en la colonia Chuburná, en Mérida. La atrocidad de este crimen derivó en que su autor fue detenido y actualmente continúa recluido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida.
Estos hechos podrían sentar un precedente en lo que respecta al maltrato animal en Yucatán, pues Elsa Arceo asegura que se está desarrollando la “Ley Rufo”, iniciativa que busca endurecer las condenas para quienes cometan actos en contra de la fauna doméstica en la entidad.
No obstante, el maltrato animal sigue siendo una realidad en el estado, pues todavía no se legisla sobre “tradiciones” como las corridas de toros, los torneos de lazo o las calesas tiradas por caballos. Las autoridades aún tienen asignaturas pendientes orientadas a garantizar el bienestar de todos los seres que habitan Yucatán.
Caso Macari
Apenas hace unos días, en pleno período de campañas electorales, el candidato a diputado federal por el PAN, Esteban Abraham Macari, protagonizó un bochornoso acto de maltrato animal en un municipio del estado. Montado en un poni, pidió el voto; y además se dirigía a una corrida de toros.
Los hechos ocurrieron en Valladolid y desataron fuertes críticas hacia el político quien terminó por borrar el video de sus redes sociales y ofrecer una disculpa por su comportamiento. Asegura “estaba parado” y “no puso su peso en el poni”, pero para usuarios de redes sociales, el animal se veía sufriendo.
“Es un poni que evidentemente no puede ni caminar por el peso, hasta se va tambaleando. Además, el candidato se jacta de estar llegando a una corrida de toros. ¡Basta ya! No normalicemos la violencia contra los animales”, publicó la fundación Seres Libres A.C. dedicada al rescate de animales.
Juan Manuel Contreras