Donald Trump y Joe Biden ya no tenían rivales de peso antes del “supermartes”, pero tras arrasar en esta jornada de primarias en 15 estados acarician más que nunca la nominación de sus partidos para las presidenciales de noviembre.
Ahora su principal objetivo es ganarse a los republicanos moderados, partidarios de Nikki Haley, la única rival de Trump que se retiró este miércoles sin pedir el voto por su exjefe.
El republicano se mostró encantado con la “paliza” que dio el martes a Haley. Y el miércoles invitó a sus seguidores a “unirse al mayor movimiento en la historia de la nación”.
Biden en el Congreso
Joe Biden no se queda atrás. El jueves intentará ganar impulso durante su discurso sobre el estado de la Unión, ante el Congreso y millones de telespectadores.
“No es necesario estar de acuerdo conmigo en todo para saber que el extremismo MAGA es una amenaza para este país”, dijo Biden en la red social X, citando el acrónimo en inglés del lema trumpista “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”). Un mensaje dirigido a los seguidores de la exgobernadora de Carolina del Sur (sureste).
El duelo entre Trump, de 77 años, y el presidente demócrata, de 81, está anunciado desde hace meses.
Pero ahora parece inevitable. Salvo sorpresa de último minuto o enfermedad, ambos tienen asegurada la nominación de sus partidos este verano, después de haber arrasado en el “supermartes”.
Nikki Haley dijo que Donald Trump debería “merecerse los votos”. Por lo pronto, el expresidente obtuvo el apoyo oficial del líder de los senadores conservadores, Mitch McConnell.
Decadencia y democracia
En el lado demócrata, Dean Phillips, un congresista que nunca representó una amenaza seria para Biden, se alineó con el presidente el miércoles.
Llamó a sus seguidores a “hacer todo lo posible para garantizar que la Casa Blanca siga en manos de un hombre íntegro y respetable. Es decir, Joe Biden”.
El expresidente republicano, que fue inquilino de la Casa Blanca de 2017 a 2021, ganó el martes en 14 de los 15 estados en juego, y su sucesor demócrata se impuso en todos los que votaron.
Donald Trump se enfrenta a procesos judiciales, pero esto no afecta al fervor de sus bases ni a su influencia en el Partido Republicano.
En sus mítines se presenta como un hombre providencial frente a la “decadencia” generalizada de Estados Unidos, donde Joe Biden, impopular y criticado por su edad, se considera un baluarte de la democracia.
¿Su principal desafío? La movilizacion. Según las encuestas, este duelo entre un septuagenario y un octogenario apenas entusiasma a los votantes.
Para ganar en un Estados Unidos extremadamente polarizado tanto Biden como Trump tendrán que movilizar a sus bases y atraer a tantos votantes independientes como sea posible en un puñado de estados indecisos.
Juicios
“Noviembre aún está lejos” pero el peligro es que parte de sus bases prefiera “quedarse en casa a ir a votar”, analiza la politóloga Wendy Schiller.
Para la campaña del actual presidente, el discurso sobre el estado de la Unión del jueves “podría ser un punto de inflexión”, según ella.
La forma en la que Joe Biden pronuncie esta larga alocución -más de 70 minutos el año pasado- contará tanto como el contenido: Estados Unidos estará atento a cualquier señal de cansancio.
Donald Trump también tiene despistes en sus discursos, pero no despiertan las mismas reticencias entre el electorado.
El expresidente enfrenta por el contrario otro desafío: compatibilizar una campaña y una apretada agenda judicial, con lo que esto implica en términos de gastos faraónicos.
Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.
El republicano presume de ser “mucho más popular” tras sus cuatro inculpaciones penales, pero varias encuestas muestran que el apoyo a su candidatura se derrumbaría si fuera declarado culpable.
AFP