El crecimiento desorganizado de la mancha urbana en la Península de Yucatán trae un latente riesgo para la recolección de la basura, así como su disposición final, por lo considera Salvador Castell González, director de la asociación civil Va por la Tierra, que es necesario regresar a esquemas de separación de elementos orgánicos e inorgánicos, para evitar que estos desperdicios terminen en tiraderos a cielo abierto.
El experto explicó que desde que se publicó la NOM-001-SEMARNAT -en 2021- que declara al tipo de suelo de Yucatán como altamente vulnerable, no se recomiendan los tiraderos a cielo abierto o incluso los rellenos sanitarios, por el alto riesgo de contaminación del subsuelo.
Indicó que se hace complejo cuando se voltea a ver las recomendaciones de organismos internacionales que tampoco recomiendan esquemas de disposición final de basura que aún persisten en la entidad.
Comentó que las dinámicas actuales en países desarrollados llevan a las ciudades a realizar una valorización de sus residuos sólidos urbanos que puede empezar desde la misma separación de la basura, en orgánica e inorgánica.
Recordó que en la entidad y particularmente en la ciudad de Mérida, hace algunos años se dispuso que los ciudadanos debían separar su basura, por lo que la recolección se dividía en días de orgánica e inorgánica, sin embargo, se dejó de hacer.
Consideró que esta simple separación de los residuos sólidos urbanos ayudaría al mantenimiento de los ecosistemas ya sea con fines productivos o restaurativos. Señaló que al momento existen proyectos dirigidos a la compactación de la basura para generar palets para su posterior quema y generación de energía.
“Nosotros no somos muy partícipes o recomendamos la termo-revalorización, ya que estamos en un momento en que las emisiones son un gran problema, pues producen gases de efecto invernadero”, indicó.
Indicó que con los modelos actuales de recolección de basura existe un riesgo que se combine material orgánico con residuos potencialmente peligrosos como los desechos electrónicos o pilas que terminan en los tiraderos a cielo abierto y que contaminan el suelo vulnerable suelo yucateco.
Advirtió que la combinación de lo generado por los desechos orgánicos por lo misma descomposición más los lixiviados, provocan una contaminación que termina siendo un peligro para la salud pública de los habitantes de la región.