A pesar de que han transcurrido 100 años desde que la violencia política de género marcó su presencia en Yucatán y México, lamentablemente, esta agresión persiste en la actualidad.
Así lo expuso José Antonio Escalante Chan, director de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de las Mujeres, quien también destacó la importancia de emprender acciones concretas para prevenir y erradicar estas prácticas que atentan contra la participación política de las mujeres.
Durante la conferencia “¿Faldas en el Congreso? Mujeres Electas y Violencia Política,” en conmemoración al Centenario Luctuoso de Felipe Carrillo Puerto, Escalante Chan subrayó que, incluso en la era de las redes sociales, la sociedad sigue cuestionando y criticando la participación de las mujeres en roles políticos. Explicó que durante los procesos electorales, surgen prácticas discriminatorias, evidenciando la resistencia de algunos sectores a aceptar la igualdad de género en la esfera política.
Afortunadamente, existen instituciones como el Tribunal Electoral de Yucatán (TEEY) y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPAC) que sancionan estas conductas. Sin embargo, Escalante Chan resaltó la importancia de proporcionar mayor capacitación a las mujeres que aspiran a cargos políticos, ya que a menudo carecen de conocimientos sobre sus funciones.
En un contexto más amplio, el director de Asuntos Jurídicos señaló que estas formas de violencia también se manifiestan a nivel nacional, especialmente en la contienda por la Presidencia de la República. La competencia política se ve empañada por videos y críticas misóginas en plataformas como YouTube y redes sociales, evidenciando la necesidad de un cambio cultural y normativo.
Recordando la lucha de mujeres pioneras como Rosa Torre González, Escalante Chan concluyó destacando la importancia de educar a estudiantes de todos los niveles sobre estos temas. La lucha actual por la participación política de las mujeres tiene raíces en el coraje y la perseverancia de aquellas que fueron referentes en Yucatán y en toda Latinoamérica. La erradicación de la violencia política de género es esencial para construir una sociedad justa e igualitaria.