El idioma es dinámico, cambia constantemente y se adapta a nuevas realidades. En Yucatán, muchas palabras tradicionales han caído en desuso, pero aún sobreviven gracias a la memoria oral, el arraigo comunitario y los entornos familiares.
Estas palabras yucatecas en desuso son una muestra del mestizaje lingüístico entre el español y el maya, y reflejan el ingenio y la identidad de las comunidades locales.
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Palabras yucatecas con historia y sabor local
Gustar: Aunque en español común significa “agradar”, en Yucatán se usa para decir “ver” o “mirar”. Frases como “vamos a gustar la novela” o “gustamos la tele” siguen siendo comunes entre personas mayores.
Anolar: De origen maya, proviene de nohlá, que significa “chupar”. En el habla local es normal escuchar: “Estaba anolando mi huaya”.
Ch’uuk: Según el diccionario de la lengua maya, ch’uuk significa “aflojar algo tenso”. Su uso es frecuente durante el desayuno, cuando se dice: “Voy a hacer ch’uuk a supan con café”.
Vocabulario yucateco que resiste el olvido
Nohoch: Esta palabra se refiere a algo grande o amplio. Puede usarse para describir desde un plato de comida hasta una casa: “¡Nohoch casa tiene tu tía!”
Bulto: Común en escuelas y mercados, “bulto” se refiere a la mochila o bolso donde se cargan las cosas. Aunque no tiene un origen confirmado, muchos suponen que se le llama así por el “bulto” que forma.
Majar: “¡No te vayas a majar el dedo!”, advierte una madre. Majar significa aplastar, machucar o apachurrar, y es parte del lenguaje afectivo cotidiano.
Estas palabras yucatecas en desuso nos recuerdan que la lengua está viva y en constante transformación. Aunque algunas desaparecen del habla diaria, otras resurgen como símbolos de identidad cultural, sobre todo en contextos familiares, escolares o rurales.