Durante cinco décadas, el Palacio de Cortés en Cuernavaca albergó un misterioso entierro que ahora revela una historia sorprendente. Inicialmente atribuido a un monje español, un reciente estudio de los antropólogos físicos del Centro INAH Morelos revela que se trata de una mujer tlahuica, miembro de la tribu azteca.
Este hallazgo desafía la creencia de que pertenecía al clérigo Juan Leyva, quien sirvió a la Marquesa Juana de Zúñiga y Arellano.
Tras el daño causado por el sismo de 2017, la Secretaría de Cultura y el INAH llevaron a cabo una renovación del Palacio, incluyendo la revisión del entierro.
Los expertos cuestionaron la historia previa, señalando que el entierro se asemejaba más a prácticas prehispánicas. El análisis antropofísico confirmó la identidad femenina y reveló una edad aproximada de 30 a 40 años, con una estatura de 1.47 metros.
El entierro, vinculado a la clausura de la Etapa III (1450-1500 d.C.), es interpretado como un acto ofrendado durante una expansión del Tlatocayancalli.
Además, se descubrieron restos de otros dos individuos y herramientas, incluyendo el húmero de un cérvido utilizado térmicamente. La ventana arqueológica ahora refleja con precisión la pertenencia del entierro a una “Mujer tlahuica”, corrigiendo décadas de interpretación incorrecta y resaltando el compromiso del INAH con la preservación del patrimonio cultural y biológico.