En lo que va del año en Yucatán se han detectado 39 casos de la enfermedad de Chagas, 16 menos que los detectados en el mismo período, pero en 2022. De estos casos, 28 corresponden a hombres y 11 a mujeres, de acuerdo al boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud (SS) federal.
De acuerdo al documento, Yucatán se encuentra entre los cinco estados de la república con más reportes referentes a este mal. Tan solo esta semana epidemiológica -la 42- se detectó un caso en la entidad.
El pic, o chinche besucona, es uno de los vectores del parásito causante de la enfermedad de Chagas, la cual puede ser potencialmente mortal. A razón de lo anterior, resulta de suma importancia el conocerla más a fondo, explicó el Dr. Carlos Ibarra Cerdeña, investigador del Cinvestav.
El pic (Triatoma dimidiata) es un insecto hematófago, es decir, se alimenta exclusivamente de sangre; y vive en las selvas o bosques tropicales. Esta especie está ampliamente distribuida en la región tropical mexicana, desde el golfo de México hasta la península de Yucatán
“Su amplia distribución lo convierte en uno de los principales vectores de Trypanosoma Cruzzi, el parásito causante de la enfermedad de Chagas”, advirtió el académico, quien es investigador titular en el departamento de Ecología Humana de dicha institución.
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Cuando puede alcanzar las poblaciones rurales o urbanas, su alimentación es fundamentalmente de sangre humana o de algunos animales que viven muy cerca de las personas. Por ejemplo, dijo, en las comunidades rurales se alimenta de gallinas o de otro tipo de especies de traspatio o compañía.
En el mundo, detalló, hay más de 130 especies de chinches, no obstante, la transmisión de este parásito se limita a América Continental. Lo anterior se traduce en que, en las islas del Caribe, por ejemplo, no hay reportes de esta enfermedad, pese a existir especies de vectores en ellas.
En la ciudad existe un riesgo importante de contacto con el vector, especialmente para quienes habitan nuevos fraccionamientos después de la periferia.
“Esto se debe a que estos fraccionamientos están construidos sobre los remanentes de la selva secundaria que existe en los alrededores de Mérida y entonces, en estas selvas viven naturalmente los insectos y las casas se convierten en parte de su hábitat”, advirtió.
Juan Manuel Contreras
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