Los indicadores migratorios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rompieron récords en 2022, año en que llegaron 6.1 millones de nuevos inmigrantes permanentes a los países miembros, en su mayoría venezolanos, cubanos y nicaragüenses.
“La inmigración alcanzó niveles sin precedentes” en 2022 con 6.1 millones de “nuevos inmigrantes permanentes”, un aumento del 26% respecto al año anterior, según un informe de la OCDE publicado ayer.
A esta cifra se suman los cerca de 4.7 millones de ucranianos desplazados contabilizados en junio de 2023 en los 38 miembros de la OCDE, pero estos datos no incluyen a los trabajadores temporales.
Las solicitudes de asilo también se dispararon. En 2022 se presentaron dos millones de nuevas solicitudes, “la cifra más alta jamás registrada”, casi el doble que el año anterior y mucho más que en 2015-2016, cuando el conflicto en Siria generó una oleada de exiliados a Europa.
Los principales países de origen fueron Venezuela, con 221 mil solicitantes de asilo, Cuba con 180 mil, Afganistán con 170 mil y Nicaragua con 165 mil.
Estados Unidos recibió 730 mil solicitudes en 2022, el 40% procedentes de Cuba y de Venezuela, pero también en gran medida de Honduras, Haití, Guatemala, Nicaragua y Colombia.
Alemania, Francia, Costa Rica y México completaron el top cinco de receptores, los dos últimos con una tendencia al alza de la demanda de protección internacional de los últimos años en Centro y Sudamérica.
En Costa Rica, el 92% de los demandantes de asilo en 2022 procedían de Nicaragua, y en México se produjo un notable aumento de las solicitudes de cubanos, venezolanos y nicaragüenses.