Militantes palestinos de Hamás en la Franja de Gaza llevaron a cabo un ataque sin precedentes, disparando alrededor de 5.000 cohetes hacia Israel este sábado.
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Simultáneamente, realizaron una incursión en el sur del país, infiltrándose en territorio israelí, según informó el ejército israelí en un comunicado.
El primer ministro Benjamín Netanyahu declaró en un mensaje de video desde el cuartel general militar en Tel Aviv: “Ciudadanos de Israel, estamos en guerra”, y advirtió que Hamás “pagará un precio sin precedentes”.
En los enfrentamientos, al menos 40 personas murieron por disparos en Israel, según el servicio israelí de emergencias médicas Magen David Adom.
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Hamás anunció la “Operación Diluvio de Al-Aqsa” y proclamó la intención de poner fin a “todos los crímenes de la ocupación” israelí.
El comandante militar de Hamás, Mohammad Deif, llamó a los palestinos de todo el mundo a unirse a la lucha, declarando que esta es la “mayor batalla para poner fin a la última ocupación en el planeta”.
Israel considera este incidente como una “guerra” lanzada por Hamás y ha respondido con operativos en distintos puntos alrededor de la Franja de Gaza.
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El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que Hamás cometió un “grave error” y que Israel está combatiendo en tierra tanto en Gaza como en su propio territorio.
Varios países occidentales, incluyendo Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos y Bélgica, condenaron el ataque y respaldaron el derecho de Israel a defenderse.
Este incidente marca el episodio más grave desde la guerra de 10 días entre Israel y Hamás en 2021.
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