Juan Manuel Contreras
Los actos de sumisión química o canasteo son cada vez más frecuentes en la entidad; y aunque en su mayoría las afectadas son mujeres, ya se han presentado reportes de casos en hombres, por lo que es importante que el Congreso estatal pueda tipificar esta práctica como un delito, porque no solo genera la comisión de otros delitos como agresiones sexuales, sino también robo y extorsiones, destacó la activista y representante de la agrupación Koókay Ciencia Social Alternativa, Nancy Walker Olvera.

 

Te puede interesar: Denuncian adulteración de bebidas en Maratón de CDMX

Como impulsora -junto con otras organizaciones y dependencias- de esta iniciativa que se analiza, y que podría condenarse hasta con siete años de cárcel, explicó que la sumisión química se entiende cuando alguien utiliza alguna sustancia psicotrópica que genera que otra persona, al consumirla, pierda su voluntad y quede a merced de la comisión de delitos.

“Y es que esto es solo el principio para la comisión de nuevos delitos; quien la comete después hace o robo, o abuso sexual, violación, toma fotografías de las personas para luego chantajearlas; y aunque esto por lo general afecta a mujeres, ya tenemos registro de casos de hombres”, señaló.

Es así, añadió, que organizaciones de la sociedad civil, académicas y dependencias de gobierno se dieron a la tarea de presentar la iniciativa al Congreso y también llevar a cabo una campaña de prevención y difusión.

Piden tipificar sumisión química ante incidencia

“Desde el año pasado nos reportan que cada vez era más frecuente que se reporten este tipo de casos; y parte de lo que sucede es que, dada esta sumisión, una de las consecuencias más significativas es que la víctima no puede recordar quién es su agresor, y por lo general pasa en bares, fiestas, pero incluso en reuniones familiares”, advirtió.

Nancy Walker comentó que hasta ahora se han detectado casos donde la sustancia se pone en bebidas, pero ya se sabe que hay otras formas como a través de una pinchadura con algún objeto que tiene la droga.

Dijo que los efectos de esta sumisión se parecen mucho a los que genera el alcohol: “La persona sigue más o menos funcionando, pero la voluntad se baja al grado de que cualquiera puede manipularla”.

Agregó que es un avance si se tipifica la sumisión química como un delito, pero deberá tener un reglamento para su operación; y que vaya sumando otros delitos y agravantes, porque se trata solo de la puerta de entrada a la comisión de otros delitos.

“No solo es el hecho de que te hayan vuelto sumisa, sino que también lo que hicieron después”, reiteró.

Finalmente, Walker Olvera expuso que es importante que se lleven a cabo campañas de información, porque quienes cometen estas prácticas actúan con premeditación, alevosía y ventaja.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *