Los molcajetes, elementos de cocina prehispánicos, aún se mantienen vigentes en la actualidad. Estos utensilios son un testimonio vivo de la riqueza cultural y gastronómica que ha perdurado a lo largo del tiempo.
La técnica artesanal de pulir la piedra para crear estos molcajetes es un reflejo de la habilidad y el conocimiento transmitido de generación en generación como el trabajo que realiza el artesano Adán Flores Rivas, oriundo de Dzityá, quien demuestra el valor de preservar las tradiciones y el arte de la alfarería en la región de Mérida.
“Lo siguen pidiendo sobretodo ahora en la feria de Tunich son elementos que piden, algunos ya no lo usan pero lo compran para adornar ya sea sus cocinas o ponerlo en algún espacio de la casa pero si lo siguen pidiendo por eso es que mi familia yo decidimos hacer más para esta temporada”, indicó.
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Estos molcajetes no solo son instrumentos de cocina funcionales, sino que también representan una parte importante de la identidad cultural y patrimonio de la comunidad. Su legado continúa enriqueciendo la cocina y las tradiciones culinarias locales, “antes lo utilizaban los abuelos para machacar ya sea hierbas o para hacer salsas de chile habanero se caracteriza por ser resistente precisamente porque sirve para preparar salsas y es un instrumento milenario que aún tiene demanda”, explicó.
De esta forma es cómo está artesanía se mantiene valorada y apreciada hasta nuestros tiempos misma que se sigue preservando debido a que los propios escultores, especialistas de la piedra no la dejan morir, “yo y mis hijos somos escultores de piedra y el oficio lo hemos trabajado de generación en generación y estos utensilios, los molcajetes los seguimos fabricando, es un trabajo que seguimos exhibiendo”, finalizó Adán.
Irving Gil
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