Uno de los principales problemas que enfrenta la Zona de Refugio Pesquero de Celestún es la pesca furtiva y la presencia de embarcaciones que no deben entrar al sitio, situación que se agrava en la temporada de captura de pulpo, por lo que se llevan a cabo acciones para poder enfrentar esta situación y con la asesoría de la agrupación internacional WildAid, reveló Ylmar Josué Canul Reyes, presidente del Comité de la ZRP.
La ZRP se ubica un polígono que inicia frente a las costas de Celestún a 8 millas náuticas y con un largo de 22 millas náuticas por 4 millas;
Se trata de una franja que está frente a Celestún y termina después del faro de El Palmar.
En el sitio se permite la pesca comercial de pulpo con jimba durante la temporada de pesca del 1 de agosto al 15 de diciembre; también la pesca comercial de carito, sierra y picuda por troleo, durante los meses de octubre a febrero; además, el buceo recreativo sin extracción; actividades de investigación y docencia.
Sin embargo, explicó que por la amplitud de la zona es difícil muchas veces llevar a cabo la vigilancia, a lo que muchas veces se suma la falta de recursos, por lo que en este caso se trabaja con la agrupación WildAid.
En temas de asesoría e información a pescadores, para poder detectar y denunciar los casos de pesca furtiva, además de recibir apoyo económico para las labores de vigilar la ZRP.
“Llevamos a cabo acciones de difusión con el objetivo de informar a los pescadores sobre la ubicación y normativa del refugio pesquero. Con al apoyo de la agrupación también damos capacitaciones de cómo abordar cuando encontramos un furtivo o una lancha no deseada dentro del polígono”, indicó,
Pesca furtiva pone en peligro el refugio pesquero de Celestún
Dijo que parte del problema es que la ZRP no está delimitada con boyas o algo similar, sino que solo se tienen las coordenadas de GPS y en algunos casos la gente entra a pescar sin darse cuenta.
“En este caso tenemos la labor de informar que están dentro de la zona y pedimos que se salga, y se salen, hay algunos que son furtivos y se ponen bravos, con lo que se da aviso a las autoridades”, expuso.
Parte de las acciones que se llevan a cabo, mencionó, es que se han elaborado calcomanías y se han pegado en más de 1,500 lanchas.
Con las coordenadas GPS de todo el polígono y para que la gente las tenga y no incurran en entrar a la ZRP.
“Ahora que empieza la pulpeada es cuando más movimiento detectamos, porque sí se permite la pesca de forma artesanal, pero hay una gran cantidad de embarcaciones y es ahí donde aprovechan los furtivos; se revuelven los que pescan artesanal y los que no, pero se ha controlado”, mencionó.
Estas actividades, reiteró, consideran la colocación de una calca informativa y un registro de las embarcaciones pesqueras que han sido notificadas en el puerto de abrigo.
En instalaciones pesqueras y dentro de la zona de refugio Permisionarios, dueños de embarcaciones y cooperativas pesqueras acordaron respetar la normativa y aplicar un mecanismo de control interno el cual considera una sanción a sus embarcaciones que realicen actividad no permitidas en la zona de refugio.
La ZRP es una estrategia de manejo pesquero que tiene el objetivo de proteger y repoblar especies marinas de importancia comercial como el mero, el pulpo, el pepino de mar y la langosta.
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