Miles de fieles católicos celebraron ayer una procesión en honor a la imagen de la Sangre de Cristo en los jardines de la catedral de Managua, Nicaragua, ante la prohibición gubernamental de efectuar procesiones en las calles.
Los fieles acompañaron una caminata que estaba adornada con flores blancas y en donde estaba colocado el rostro calcinado de la imagen, que se desprendió del Cristo de Madera que se quemó en un incendio el 31 de julio de 2020.
“En este año por circunstancias particulares el Señor no saldrá a recorrer las calles de su Managua fiel”, dijo el sacerdote Said Ruíz previo a una misa que ofició el cardenal Leopoldo Brenes.
“Que viva la Sangre de Cristo”, gritaban los fieles mientras realizaban la procesión en los jardines de la catedral, acompañada por una banda de músicos, mientras estallaban petardos.
La imagen de la Sangre de Cristo tallada en madera se quemó en una capilla al interior de la catedral de Managua, en un acto que la Iglesia calificó de atentado, mientras la Policía aseguró que fue un incendio involuntario causado por una veladora.
Católicos de Managua expresan su devoción a la imagen de la Sangre de Cristo en sus festividades por los 385 años de permanecer en su capital. pic.twitter.com/sUDzkgsmUc
— Obrera de la Tecla (@Obrera_ni) July 9, 2023
Daniel Ortega y restricciones religiosas en Nicaragua
El presidente Daniel Ortega explicó en abril que las celebraciones católicas de Semana Santa quedaron restringidas a los predios de las iglesias para evitar “provocaciones”.
Hace unos cinco años estallaron protestas que se extendieron por al menos tres meses en distintas zonas de Nicaragua con bloqueos de carreteras, así como choques entre manifestantes opositores y oficialistas que dejaron más de 300 muertos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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