Tras la orden de la Corte de Constitucionalidad de detener el conteo de votos hasta que se resuelvan denuncias de la derecha sobre supuestas irregularidades en las elecciones del 25 de junio, creció la tensión en Guatemala.
La decisión del máximo tribunal del país. que contempla la posibilidad de anular los comicios, fue criticada por entidades locales e internacionales. La máxima instancia, cuyos fallos son inapelables, aceptó un amparo promovido por nueve partidos de derecha por lo que ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspender provisionalmente “la calificación y oficialización de resultados”.
Las agrupaciones aseguran que hay más de mil actas alteradas.
En las elecciones generales, los socialdemócratas Sandra Torres (15.86%) y Bernardo Arévalo (11.77%) fueron los más votados. La segunda vuelta está prevista para el 20 de agosto.
De comprobarse que “se pudo haber alterado el resultado de la votación”, las juntas electorales deber corregir esos errores o “analizar si concurren los supuestos de anulación que prevé la ley”.
Entre los partidos que impugnaron figuran el oficialista Vamos, que postuló a Manuel Conde, tercero en la contienda, y Valor, que lanzó a Zury Ríos, hija del fallecido exdictador Efraín Ríos Montt.
Mientras tanto, unas 50 personas llegaron ayer a la sede del TSE en la capital para exigir un nuevo conteo de votos al considerar que se cometió un fraude electoral.
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