Se cree que en la Península de Yucatán no tiembla, pero sí es factible que se den movimientos, debido al tipo de suelo, porque hay fallas o fracturas y colapsos del suelo kársticos que pueden generar movimientos o pequeños sismos, señaló el doctor Francisco Bautista Zúñiga, experto del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM.
Aseguran expertos que en Yucatán sí puede temblar
Expuso que en la Península hay diversos mitos producto de las grandes diferencias con la zona centro del país, como el sistema volcánico transversal en el que se localizan un gran número de volcanes con sus espectaculares erupciones; o en las sierras madre del sur, las sierra madre occidental y la sierra madre oriental con relieve espectaculares de alta energía, por las diferencias de altitud y por la presencia de placas tectónicas que provocan los terremotos.
Por el contrario, dijo, en la región no hay nada de eso, es un conjunto de plataformas calcáreas con diferentes tiempos de formación y de emersión, estos fenómenos se dan en miles de años.
Refiere que, desde que inició el presente siglo, solo se han presentado leves movimientos, la mayoría imperceptibles, aunque quienes viven en departamentos, sí podrían sentir estos movimientos, aunque sean imperceptibles para la mayoría de la población.
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Agrega que, en la Península de Yucatán, además, hay fallas o fracturas en el terreno y por el tipo de suelo, que cuando “rompen” el contacto se llaman fracturas como las del estado de Quintana Roo y cuando no alcanzaron a romper forman pliegues como los lomeríos alineados de Tucul y Sayil en el estado de Yucatán.
Cercanas a las fracturas se forman las depresiones kársticas (dolinas, úvalas y poljes), las dolinas en contacto con el agua son nombradas localmente como cenotes, las úvalas y poljes como kancabales.
Las depresiones kársticas se forman por la disolución o por colapso, es decir por caída abrupta lo cual puede provocar movimientos de tierra o sismos pequeños, hasta llegar a ser de gran tamaño por lo que pierden su sostén y caen, la caída puede acelerarse por el paso de vehículos automotores o por el mismo peso de la tierra o por construcciones de edificios que no las toman en cuenta, o por los socavones que forma el agua de drenaje o de fugas por la distribución del agua potable o malos drenajes.
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