El bordado y la tradición textil forman parte de la tradición artesanal de Yucatán y el resto de la Península, piezas de uso diario como hipiles, guayaberas o blusas con bordados de flores multicolores forman parte de la identidad la entidad, María del Pilar May Pat es orginaria de Kimbilá y es bordadora.
María del Pilar ecuerda que comenzó a bordad “desde muy niña, desde que tenía 12 años, en máquina de pedal, mi difunta mamá me lo enseñó”, detalla que en ese entonces hacía calado de blusas, de hipil, luego narra que aparecieron las máquinas industriales “ahí empecé a aprender a bordar cuándo tenía 14 años desde ese tiempo yo me dedico al bordado”.
Relata que en su pueblo Kimbilá había personas con recursos suficientes para comprar máquinas industriales de coser y montaban talleres en sus porpias casas, “ahí vamos a abordar nosotras las que las que no podían comprar su máquina”, sin embargo dos o tres años después María del Pilar pudo comprar su propia máquina para dedicarse al bordado.
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Bordado, tradición que caracteriza a Yucatán
La familia de María del Pilar es grande, tiene tres hermanos y dos hermanas, cuenta que todos aprendieron a bordar “aquí en el pueblo los hombres también bordan”, investigadores localizan la aparición del bordado, tejido y urdido de textiles en la Península de Yucatán desde tiempos del virreinato, la Unesco dice que “el hipil ha sido parte de la vestimenta diaria de las mujeres por más de 200 años”.
Actualmente la bordadora tiene cuatro hijos, es ama de casa, ha apoyado con los gastos de su hogar desde que sus hijos eran pequeños vendiendo distintas piezas, “bordo la blusas Frida, el vestido Frida y hago también unos lienzos que se puede utilizar como decorativos porque se puede enmarcar”, ésta fue una idea que le dio uno de sus hijos, que es artista visual, esas piezas las ha vendido a clientes extranjeros “allá en Estados Unidos se ha ido mis cuadros” son de aproximadamente un metro y medio de largo por uno de ancho.
Una hipil le puede tomar cinco días en bordar, un terno entre 10 y 11 días, no tiene redes sociales y trabaja por pedido, su hijo el que le dio la idea de realizar los cuadros, la apoya con las ventas en redes sociales, “de hecho ya expusimos una vez en Valladolid”, además ha ganado premios por sus piezas.
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