Las turbulencias atmosféricas son ampliamente conocidas y causan incomodidad y preocupación durante los vuelos.
Turbulencias aéreas aumentan por el cambio climático
De hecho, estas perturbaciones son responsables del 71% de las lesiones leves que ocurren a bordo de las aeronaves.
Según investigadores de la Universidad de Reading en el Reino Unido, se espera que la frecuencia e intensidad de las turbulencias aumenten en los próximos años debido al calentamiento global.
Es crucial estar preparados.
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De hecho, ya se ha observado un aumento de las turbulencias en varias regiones del mundo a medida que el clima cambia.
Según un estudio, en un punto típico sobre el Atlántico Norte, una de las rutas aéreas más transitadas, la duración anual total de turbulencia severa ha aumentado un 55%, de 17.7 horas en 1979 a 27.4 horas en 2020.
La turbulencia moderada aumentó un 37%, pasando de 70.0 a 96.1 horas, y la turbulencia ligera aumentó un 17%, de 466.5 a 546.8 horas.
Aunque las turbulencias son más comunes durante el invierno, los modelos informáticos predicen que para el año 2050, los veranos tendrán la misma intensidad de turbulencias que los inviernos de 1959.
Un artículo científico titulado “Tendencias de la turbulencia en aire despejado sobre el Atlántico Norte en modelos climáticos de alta resolución”, publicado en la revista Climate Dynamics, recoge los resultados de esta investigación.
Las turbulencias en aire despejado (CAT, por sus siglas en inglés) son uno de los peligros más perjudiciales relacionados con el clima.
Por lo general, se forman en la atmósfera sin la presencia de nubes en niveles superiores.
Estos eventos pueden sorprender a los pilotos, ya que no ofrecen indicadores visuales ni son detectables por el radar de la aeronave.
De hecho, la exposición prolongada a este tipo de turbulencias puede reducir la vida útil de la aeronave y afectar su tiempo de servicio.
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Los componentes del avión pueden dañarse e incluso pueden producirse daños estructurales graves debido a turbulencias más intensas de lo habitual.
En casos extremadamente raros, el avión puede llegar a fracturarse.
Durante turbulencias moderadas, los artículos de carga, el equipaje y los pasajeros mismos pueden desplazarse, causando daños o lesiones.
En diciembre de 1997, un vuelo de United Airlines, operado por un Boeing 747 en la ruta de Tokio a Hawái, se encontró con una turbulencia CAT.
El avión experimentó una aceleración vertical hacia arriba de 1.8 veces la fuerza de la gravedad, una aceleración lateral de 0.1 g y, seis segundos después, una rápida descenso que resultó en una aceleración vertical negativa de -0.8 g. Trágicamente, un pasajero murió y otros sufrieron heridas graves.
Además, el avión tuvo que retirarse del servicio un año antes de lo previsto.
Los vuelos transatlánticos a menudo se enfrentan a turbulencias CAT debido.
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