ONG detecta 900 casos de bullying al año en Yucatán
Especialista advierte que sin acciones reales, la prevención de la violencia infantil en Yucatán será solo discurso sin resultados.

La Organización No Gubernamental (ONG) Bullying Sin Fronteras para América Latina y España, detectó entre enero 2020 y 2021 un total de 180 mil casos en México, de los cuales el 1% corresponden a Yucatán, es decir, que en este lapso se habrían presentado en la entidad mil 800 casos, 900 por año.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) estima que el 40% de la población escolar de primaria y secundaria en instituciones públicas y privadas del país sufre de acoso escolar, un fenómeno que afecta en lo físico y lo emocional.

La psicóloga educativa, Tania Solís, considera que, además de los signos de alerta, es importante empatizar, creerles, y acompañar a las y los menores, además de que es necesaria dejar de normalizar todo tipo de violencia.

De entrada, dijo que hay que tener claro que es el bullying o acoso escolar, que es muy común, pero son tres condiciones que se deben cumplir: que sea persistente en el tiempo, es decir, un fenómeno recurrente; que haya una diferencia de poderes entre la víctima y el victimario; además, es algo que se da entre iguales, porque si se trata de una situación de desigualdad, o alguien mayor, etc., se estaría hablando de violencia escolar.

“Por desgracia la violencia es algo que está normalizado y a menudo o se fomenta o se invisibiliza, por lo que hay que estar atentos y atentas al tema”, dijo.

Lo primero y más importante, dijo, es creerle a la víctima, empatizar y acompañar, así como detectar los signos de alerta:

  • No quiere asistir a la escuela
  • Timidez,
  • usan más ropa para ocultar heridas cuando el acoso es físico, etc.

¿Qué hacer si detecto un caso de Bullying?

La experta expuso que cuando se detecta uno de estos casos lo primero es dar aviso a la escuela para que se tomen cartas en el asunto por parte de las autoridades educativas, pero también se debe atender al o la menor, a través de terapia. Dijo que muchas veces hay un tabú en este sentido de la terapia, pero es porque no hay una formación en la que se enseñe a tratar las emociones ni la salud mental.

“Generalmente las personas que son víctimas de bullying se vuelven introvertidas, les cuesta trabajo socializar, establecer relaciones y, en algunos casos, estos temas se agudizaron con la pandemia”, señaló.

Además, comentó que no hay una diferencia entre sexos, es decir, tanto niños como niñas pueden ser víctimas de acoso escolar, aunque hay algunas diferencias, porque en el caso de los hombres se trata de un bullying que es más físico, a veces con golpes u otro tipo de agresiones, en tanto que para las niñas las agresiones son más verbales, psicológicas.

“A menudo en los niños es más evidente y por ello también los maestros y autoridades se dan cuenta y lo atienden, pero en las niñas no es tanto así, y más aun con la existencia del ciberbullying que ha agudizado esta práctica y es cuando el tema queda fuera del alcance de las escuelas”, comentó.

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