El decreto presidencial que prohíbe el uso de maíz transgénico para consumo humano y prevé la sustitución gradual, además de prohibir paulatinamente la importación, uso y distribución del herbicida glifosato, está firme y el Gobierno Mexicano lo defenderá con todo rigor, aseguró el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez.
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El funcionario aseguró que el emplazamiento que ha hecho el gobierno de Estados Unidos a llevar el tema a un panel del T-MEC, representa una violación al derecho soberano de México a preservar su seguridad alimentaria y a proteger la salud de la población y el derecho de los campesinos, además que se busca preservar la biodiversidad del maíz.
En la conferencia: “El maíz en México y Estados Unidos” consideró que los señalamientos de Estados Unidos se basan en argumentos sin sustento, como el que los productores de maíz de ese país se ven afectados por el decreto y que éste daña sus exportaciones de maíz a México.
Con base en datos de las agencias del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el subsecretario refirió que el número de productores de maíz de esa nación ha tendido a reducirse desde mediados del siglo XX, al igual que el conjunto de granjeros.
En 1959 los maiceros sumaban un millón 989 mil 622 y para 2017 sólo eran 364 mil 301. Tan sólo en el periodo de vigencia del tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN, ahora T-MEC), el número registró un declive de 28 por ciento, detalló.
Ello, al tiempo que las importaciones mexicanas de maíz, en más de 80 por ciento procedentes de Estados Unidos, ha tendido al alza. En el periodo TLCAN-T-MEC crecieron 527 por ciento en volumen, al pasar de dos millones 747 mil toneladas en 1994 a 17 millones 225 mil toneladas en 2022. En términos de valor, el alza fue de mil 393 por ciento, al pasar de 369.5 millones de dólares a cinco mil 511 millones, apuntó.
El funcionario dijo que hoy más que nunca se requiere una alianza entre el gobierno de México y los movimientos campesinos, sociales, académicos, de investigadores y ambientalistas para cerrar filas en defensa de la soberanía nacional y alimentaria y los derechos a la salud, al medio ambiente, la alimentación y el agua.
Expresó un “llamado a la solidaridad campesina trinacional de Estados Unidos, México y Canadá, por una agricultura con campesinos, justicia, sustentabilidad y salud alimentaria; por un sistema de precios justos a los agricultores; por una distribución justa de las ganancias de las cadenas de valor; por el respeto y revalorización de los modos de vida rurales, y por el respeto de la soberanía alimentaria de país y pueblo”.
NFFC respalda posición mexicana frente a glifosato y transgénicos
En la conferencia se presentó un vídeo mensaje del presidente de la National Family Farm Coalition (NFFC), Jim Goodman, organización líder de granjeros familiares de Estados Unidos, con sede en Whasington.
Goodman comentó que México tiene todo el derecho de prohibir el comercio de maíz transgénico y glifosato. Estados Unidos afirma que todas las partes del T-MEC se basan en ciencia sólida y México las rechaza. Pero México no tiene que aceptar la definición de ciencia sólida del USDA. México tiene mucha ciencia, ciencia de todo el mundo, de la Unión Europea y de otros países que dicen que el maíz transgénico es potencialmente dañino para las variedades nativas de maíz.
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“Los agricultores de Estados Unidos están orientados a cultivar cultivos transgénicos. Aproximadamente el 90 por ciento del maíz y la soya cultivados son transgénicos, pero si los mercados comienzan a rechazar eso es posible que deban cambiar las variedades de maíz que cultivan y tal vez buscar no transgénicas.
Los agricultores estarían dispuestos a cubrir ese mercado (no transgénico), especialmente porque el maíz genéticamente no modificado generalmente tiene un precio superior”, comentó.