La inteligencia artificial (IA) nunca superará ni reemplazará a las personas, aunque es una herramienta valiosa, potente y complementaria para resolver muchos problemas de la vida, manifestó el médico, biotecnólogo y sacerdote italiano Alberto Carrara.
En su reciente visita a Mérida para impartir la cátedra prima “Bioética y límites de la biotecnología” a alumnos de la Universidad Anáhuac Mayab, el científico reconoció que el desarrollo de la inteligencia artificial va muy rápido sin freno y sin una reflexión ética.
Por ello, expuso, científicos del mundo piden que se haga un alto para reflexionar éticamente sobre lo que se hace y para qué en este campo de la tecnología.
“Uno de los riesgos de la IA es que se desarrolla tanto y se aplica enseguida sin tener una reflexión profunda, ese es el tema fundamental que necesita una reflexión bioética”, consideró en entrevista.
“Tenemos que explicarle a los estudiantes de estas carreras de ciencias de la salud sobre el poder que pueden tener en algún momento de su vida con estas tecnologías avanzadas y que lo usen para el bien, nunca para el mal”.
Los descubrimientos que realiza el ser humano es un bien de Dios, dijo, es algo positivo, pero lo malo es cuando no se pone al servicio de la formación integral del individuo porque se convierte en un reduccionismo de las capacidades humanas.
Expertos urgen pausar la inteligencia artificial
“Hay que tener una visión que logre integrar los hallazgos de la ciencia médica, biología, genética y neurociencia con una base humanística tradicional que viene de siglos como es la filosofía cristiana para dar respuesta a los problemas como los que enfrentan los seres humanos hoy, como la contaminación, medio ambiente, variaciones climáticas y enfermedades patológicas que se pueden detectar precozmente”.
La IA es una herramienta muy valiosa, afirmó, pero nunca suplirá, por ejemplo, a los médicos en sus tareas profesionales, a los pilotos de aviones porque tienen que realizar operaciones de despegue y aterrizaje precisos o detectar fallas de sensores. Y así, muchas tareas que realizan los seres humanos son irremplazables porque siempre necesitarán vigilancia humana.
“Lo que debemos entender es que estas herramientas tecnológicas cada vez toman más y más nuestras vidas, hay que darles confianza porque nos están ayudando, pero también debemos tener un juicio crítico y poner un hasta acá porque se están adueñando del desarrollo de nuestras vidas”, precisó. “Nuestras vidas no las debemos dejar a los cálculos matemáticos”.