Los frutos de nance son comunes en Yucatán y son parte de la cultura maya, pero están dejando de cultivarse y se conocen poco sus variedades, debido a los cambios en los hábitos de consumo, pero poseen cualidades para la salud por lo que, son usados en la medicina tradicional y su venta tiene un efecto positivo en la economía de las comunidades.
En un trabajo publicado por el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) “¿Por qué revalorizar los nances y sus variedades de colores?”, de las investigadoras Diana Burgos Lugo, María Teresa Castillo y Daniela Martínez, se expone que los nances, árboles tropicales que producen frutos globosos, pequeños y aromáticos, destacaron como árboles frutales de gran importancia para la cultura maya.
Incluso en el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, se encuentra un pasaje del Vucub-Caquix, un ave vanidosa, que se alimentaba con los frutos de un gran árbol de nance. Hace apenas unas décadas, en las comunidades rurales de Yucatán esperaban el tiempo de cosecha para saborear los frutos y venderlos.
Sin embargo, actualmente, están siendo ignorados, al grado de estar catalogados como frutales subutilizados o abandonados, es decir, un cultivo que ha sido utilizado tradicionalmente por milenios en la alimentación, medicina, entre otros usos, pero con el tiempo ha disminuido su importancia, presencia en los mercados locales e incluso es desconocido por algunas personas.
Lo anterior es producto del cambio en el estilo de vida y hábitos alimenticios de las personas, reflejados en un consumo elevado de alimentos procesados y la preferencia por otro tipo de frutas, más atractivas a la vista y paladar, pero que no son nativas de la región.
Se conoce que hay alrededor de 150 especies de nances y los del área maya peninsular corresponden a las especies Byrsonima crassifolia (L.) Kunth y Byrsonima bucidifolia Standl. y, particularmente esta última, es endémica de la península de Yucatán. La primera es dulce y la segunda bastante agria.
Los nances son consumidos principalmente en fresco, pero también procesados en distintas recetas culinarias, lo que incrementa el valor agregado del producto, en dulce, paletas de hielo, granizados, entre otros.
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Además de ser aprovechados como alimento, son utilizados en la medicina tradicional. Por ejemplo, se prepara una infusión con la corteza del árbol para tratar problemas digestivos y aliviar resfriados.
También, los frutos se emplean contra la diarrea y padecimientos infecciosos de la piel, enfermedades respiratorias, úlceras, disentería, diabetes, trastornos menstruales, para mejorar la digestión y reafirmar los dientes, entre otros.
Los nances también son reconocidos por su gran aporte de vitaminas (B1, B2, B3) y minerales. El consumo de 100 g de nance maduro puede equivaler al 10 por ciento del requerimiento diario de calcio en niños menores de diez años además de ser una excelente fuente de fibra dietética. El consumo de los frutos puede aportar un suministro nutricional valioso y compuestos bioactivos, como los fenólicos, carotenoides y vitamina C, con un uso potencial en las industrias farmacéutica y alimentaria.
Se ha demostrado, además, que los compuestos extraídos de diferentes tejidos del nance, poseen potencial antimicrobiano contra bacterias causantes de enfermedades respiratorias, de la piel y desórdenes gastrointestinales más comunes. Esos compuestos además presentan un efecto antioxidante, antiinflamatorio, antihiperglicémico, antiproliferativo y antidepresivo.
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