Desde hace 10 años, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) estudia las múltiples bondades del amaranto, que pueden impactar de manera positiva en la salud, además de los beneficios económicos que derivarían de la comercialización de su cultivo, afirmó la doctora Ivonne Sánchez del Pino, investigadora del organismo.
Amaranto, otro tesoro milenario
Expuso que, aunque hay una especie de amaranto maya que existe en la región, en Yucatán es un producto que no se consume, a diferencia de Guatemala, por ejemplo, donde la gente aprovecha los nutrientes y demás propiedades de la planta. En el centro del país también se consume en dulces, conocidos como Alegrías, pero en Yucatán es un producto que no se conoce, por lo que la labor del CICY es promover sus propiedades y que la gente tenga el interés de consumirlo.
“En el jardín botánico del CICY trabajamos con esta especie, pero estamos interesados en hacer difusión de sus bondades y que la gente lo consuma”, expuso.
El amaranto, comentó, puede ayudar en temas de desnutrición y pobreza, que prevalecen en varias regiones del estado, porque cuenta con muchas propiedades nutricionales, además de que es una planta que puede ser producida en traspatio; es decir, en los patios de las casas.
En Guatemala, señaló, hay una amplia producción de este alimento en dulces y galletas, entre otros; incluso, hay una especie maya que tiene buenas propiedades. Sobre sus nutrientes dijo que las hojas de amaranto tienen mucho más hierro que las espinacas, lo que puede ser muy útil para las mujeres en periodo de lactancia.
“Desde hace 10 años realizo esta investigación para que la gente conozca las bondades que tiene el amaranto. Y esto surge porque de verdad es algo que puede ayudar a combatir varios problemas, además de que hay una especie aquí que parece que su origen es la zona maya, por lo que he investigado para traer las prácticas agrícolas a esta área”.
“El amaranto lo podemos cosechar en casa y puede ser parte importante en la dieta. En Guatemala se siembra amaranto en patios y producen harinas, galletas y otros productos, y los comercian.
Hay que sumarle que contiene muchas propiedades benéficas para la salud”, señaló.
El reto es encontrar alguna comunidad que esté interesada en el cultivo del amaranto y que se pueda hacer pronto un trabajo conjunto para cultivar y aprovechar sus bondades. Expuso que en el caso del CICY cuentan con las semillas, el conocimiento y la orientación necesaria para quienes estén interesados en el tema.
La especialista comentó que tiene mucho potencial, por ejemplo, en la industria de restaurantes, así como en las escuelas, en las que se podrían dar alimentos de amaranto a los estudiantes.