Freddy Ríos Urcelay, presidente del Consejo Estatal de Productores de Chile Habanero en Yucatán, dijo que actualmente hay una alta demanda de chile habanero y la producción, aunque es vasta en Yucatán y Campeche, no alcanza para surtir pedidos.
Dijo que el año pasado reactivaron la producción de este insumo y ambas entidades contarían con unas 5 mil toneladas, aunque comentó que el que se produce en la entidad vecina es de mejor calidad y el que más se exporta.
“Campeche está produciendo muy bien, todo el chile es de exportación, que sí están produciendo, se reactivó la producción de chile habanero. Los datos que tenemos, de los socios del consejo, es de unas 5 mil toneladas, son halagüeños, pero puede ser porque se reactivó con fuerza la industria luego de las restricciones por la pandemia”, explicó el dirigente.
“En Campeche ahí la llevan junto con nosotros, pero el de allá es de mayor calidad, se está exportando más que el de Yucatán”, recalcó.
Ríos Urcelay subrayó que el precio ahora está muy bueno también, ya que en parcela anda entre 35 y 40 pesos el kilogramo. Sin embargo, que no hay suficiente para atender la demanda.
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“Se exporta a Estados Unidos y diferentes partes del mundo. La mayor parte de la producción es para la industria, también se abastece el mercado local; calculo que se ha crecido en exportaciones en fresco entre un 30 o 35%”, refirió Ríos Urcelay.
“Sin embargo, todo el mundo está demandando y no hay. Tengo un comprador que está pidiendo ocho toneladas semanales y no las hay. Por ello tendré que ir a Hopelchén (Campeche), porque acá no los conseguí. Lo que se hace es vincular, porque no compramos y vendemos, lo que hacemos es solamente servir de enlace”, expuso.
El dirigente subrayó que parte de la problemática para poder exportar es por los altos niveles que piden, donde el producto debe estar certificado, inocuo y demás estándares.
Otro problema es que la mayor parte de la producción rural está en manos del coyotaje y se coloca sin certificación, pero hay países que están dispuestos a pagar 4 o 5 pesos más por kilo por la certificación, de ahí la importancia de la denominación de origen.
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