El coordinador del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en Chichén Itzá, José Osorio declaró que este programa del Gobierno federal por su continuidad está permitiendo avanzar en la investigación, pero al mismo tiempo en la interconectividad de la parte ceremonial del espacio con la unidad habitacional del sitio -cerrado al público- conocido como Chichén Viejo.
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Cabe mencionar que hacia mediados del año pasado el titular del Instituto de Antropología e Historia, Diego Prieto Hernández dio a conocer los detalles de Promeza, el cual como su nombre lo indica pretende mejorar las zonas arqueológicas del país.
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En lo local, el director del centro INAH en Yucatán, Arturo Chab Cárdenas anunció que para la zona arqueológica de Chichén Itzá se destinará un monto histórico a través del programa antes mencionado por 2 mil 100 millones de pesos.
En ese orden de ideas, el coordinador de Promeza en Chichén Itzá detalló que con este programa se continuarán con las acciones de investigación que desde mediados del siglo pasado se están realizando en el lugar conocido como Chichén Viejo y que no se terminaban de concretar por la falta de un recurso continuo, situación que con este nuevo esquema estaría cambiando.
Comentó que además del trabajo de salvamento y recopilación de datos, por el paso de los años, ya es urgente darles mantenimiento a las estructuras encontradas en Chichén Viejo y que no está abierta al público, para hacer esa conexión entre este sitio que fue la unidad habitacional de los pueblos originarios que conecta con la conocida que es la parte ceremonial en donde se encuentra el Castillo de Kukulcán, el Juego de Pelota, el Cenote
Sagrado, el Templo de los Guerreros, entre otras estructuras.
“Llevamos más de 30 años trabajando en Chichén, entonces de alguna manera el material acumulado está siendo procesado y la intención es comprender la magnitud del sitio como tal con respecto a todas las áreas que están alrededor”, indicó.
Explicó que en los últimos años se dio puntual seguimiento a la parte monumental que se conoce, pero no la que al momento se está estudiando y procesando.
Comentó que, antes de estas labores, el lugar en donde vivía la gente común no se conocía, únicamente se sabía lo que ocurría en la parte ceremonial.
El arqueólogo del INAH en Yucatán consideró que Promeza dará continuidad a los trabajos de rescate, mantenimiento e investigación que se están generando en Chichén Viejo, ya que en años anteriores esos recursos para esos fines, no fluían con regularidad.
“Es importante tener ese flujo de recursos y un equipo de trabajo interdisciplinario que se encargará de los trabajos de campo y al mismo tiempo analizar los materiales para así hacer las interpretaciones precisas de cómo vivía la población”, sentenció