Luego de negar las acusaciones en su contra, por parte de ejidatarios y población que mantiene bloqueada la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, el director del sitio, Marco Antonio Santos Ramírez, expuso que los artesanos que laboran en la zona serán reubicados, en un espacio especialmente habilitado para este fin.
Aseguró que, desde que llegó a la zona en 2014, tiene la encomienda de organizar, ordenar y aplicar la normatividad en cuanto al patrimonio cultural y que la Ley General de Monumentos Históricos prohíbe el comercio ambulante. Sin embargo, hasta ahora se ha logrado que se lleve a cabo la actividad en el interior, en tanto hay una solución.
“Chichén ha tenido una gran problemática que no es de ahora, como el tema de los artesanos que es un viejo tema, no es de ahora. Nosotros no estamos en contra que la gente trabaje, el tema es dónde lo está haciendo; no es negarles el derecho al acceso al trabajo, sino donde se está haciendo”, afirmó.
Expuso que se trata de conciliar que la gente pueda ejercer la actividad y proteger el patrimonio cultural, para lo cual toman acciones, como la elaboración de un censo mediante el cual identificaron 674 puestos de venta dentro del sitio.
Ahora, con el Tren Maya, habrá un espacio para los artesanos en el Centro de Atención a Visitantes (Catvi) que se ubicará donde está la antigua pista de aterrizaje, cerca de la zona arqueológica, donde también estará una estación ferroviaria, de tal forma que cuando los turistas lleguen podrán comprar los productos.
“Esta solución es precisamente la coyuntura del Tren Maya, que va a posibilitar que la gente que tenga ahí un puesto pues pueda hacerlo de una forma digna, en mejores condiciones y en un lugar adecuado, ya sin tener que mojarse, sin tener que estar al baño del sol”, aseguró.
Debido a los bloqueos, se pierde la visita de unas 6 mil personas que llegan al sitio y aunque ingresan algunas, es mínimo pues el lunes entraron 10, el martes unas 20, el miércoles y jueves, el cuarto día de los bloqueos, ya no se llegó gente pues los turisteros decidieron llevar a los paseantes a sitios como Ek Balam.
Santos Ramírez refutó el argumento de que discrimina a la gente maya, pero sí que hay molestias en esas personas cuando se les pide colocarse en otra zona, además de que dijo hubo inconformidad porque algunos líderes pretendían abrir un estacionamiento en zonas de monumento y no se les permitió.
“No puedo permitir que unos cuantos se enriquezcan, cobren, a costa del patrimonio cultural”, dijo.
Reiteró que el INAH no está en contra de la comunidad o del ejido y tampoco es cierto que a la gente no le tocan parte de los ingresos que se generan, porque de acuerdo con la Ley de Ingresos de la Federación, un porcentaje de lo que ingresa con el boletaje sí regresa al municipio.