Desde hace más de cuatro décadas, Yucatán ha perdido casi 30 metros de costa a consecuencia de los fenómenos naturales y la intervención humana, reveló un estudio elaborado por especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.
Según el monitoreo realizado por Dalila Aldana Aranda y Víctor Castillo Escalante, de 1980 a la fecha, en promedio, cada año se pierden 70 centímetros de franja costera, por lo que, en 42 años, el déficit ya es de poco más de 29 metros.
Si bien este es un fenómeno global, ya que alrededor del 70% de las playas del mundo se encuentran en esa situación, en Yucatán la situación es particular debido a los fenómenos hidrometeorológicos y la deficiente planeación en cuanto a la construcción de inmuebles.
Aunado a ello, con base en un monitoreo aéreo realizado por la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y especialistas del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera de la Universidad Nacional Autónoma de México, detectaron espigones colocados de manera ilegal que provocaron afectaciones graves entre Telchac Puerto y Progreso.
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Aunque previamente la dependencia argumentó que los espigones servirían para ganar superficie costera, dichas estructuras resultaron ocasionar la pérdida de arena, lo que dio como resultado la erosión de la playa.
Ante esta situación y derivado del monitoreo, en 2020, la SDS ordenó retirar más de 270 artefactos en más de 40 kilómetros de franja costera, en el marco del programa Conservación y Manejo Integral de las Zonas Costeras.
Además, para resarcir el daño, en ese mismo año realizaron trasvase de arena en Chuburná y Telchac, pues el objetivo es conservar la biodiversidad de la duna costera, ya que la Península de Yucatán cuenta con el segundo mayor número de especies endémicas de flora en el país.
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