Corea del Norte disparó el domingo un “misil balístico no identificado”, días después de que Pyongyang anunciara la exitosa prueba de un motor de combustible sólido para un nuevo sistema militar, informaron las fuerzas armadas surcoreanas.
“Corea del Norte dispara un misil balístico no identificado” al mar de Japón, dijo el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
Las tensiones en la península coreana han aumentado este año con una ola sin precedentes de pruebas armamentistas de parte del Norte, incluyendo el lanzamiento en noviembre de su misil balístico intercontinental (ICBM) más avanzado.
El misil del domingo fue lanzado poco después de que Pyongyang probara un “motor de combustible sólido de alto empuje” que la prensa estatal calificó como un ensayo importante “para el desarrollo de un nuevo tipo de arma estratégica”.
Pese a las duras sanciones internacionales contra su programa bélico, Corea del Norte ha creado un arsenal de ICBM.
Todos sus ICBM conocidos hasta ahora usan combustible líquido, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, dio prioridad estratégica al desarrollo de motores de combustible sólido para tener misiles más avanzados.
Kim planteó el año pasado que desea contar con un ICBM de combustible sólido que pueda ser lanzado desde tierra o un submarino.
Aunque la reciente prueba del motor apunta a esa meta, no quedó claro cuánto ha avanzado Pyongyang en el desarrollo de un misil de ese tipo, según analistas.
Reunión partidista
Después de supervisar el lanzamiento del misil “monstruo” Hwasong-17 en noviembre, Kim declaró su intención de que Corea del Norte disponga de la fuerza nuclear más poderosa del mundo.
El rumbo político del aislado país en el próximo año será definido en una reunión partidista este mes. La agencia noticiosa KCNA informó previamente de que Kim había dicho que 2023 será un “año histórico”.
En años anteriores, Kim hacía un discurso cada 1 de enero pero últimamente abandonó la tradición para formular anuncios al cierre de la reunión partidista de fin de año.
En su mensaje más reciente, Kim se centró en asuntos internos.
Aunque en esa ocasión evitó referirse directamente a Estados Unidos, expertos dicen que este año podría cambiar de tono.
Washington y Seúl han advertido que su mensaje podría ser la antesala de la séptima prueba nuclear de la historia de Corea del Norte.
El país enfrenta desde 2006 numerosas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU por sus actividades nucleares y balísticas.