Desde hace más de cuatro décadas, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) contribuye al desarrollo tecnológico, social y económico de la entidad y del país, enfatizó Pedro Iván González Chi, director de la instancia.
Actualmente colaboran 81 especialistas adscritos al Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quienes encabezan 41 proyectos científicos con financiamiento externo, de los cuales, 39% contribuyen a la solución de demandas regionales.
Algunos de los temas que trabajan están relacionados con hidrógeno verde, medicina tradicional, cultivos agroalimentarios, cambio climático, milpa, Tren Maya, sargazo, palma jipi japa, vivienda, calidad del agua, materiales poliméricos y su reciclado, entre otros.
En la formación de recursos humanos, cuenta con siete programas de posgrado inscritos en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Conacyt y a la fecha se han titulado mil 66 maestros y doctores en ciencias.
Actualmente hay 267 estudiantes matriculados.
González Chi dijo que el CICY ha generado una cartera de 35 proyectos tecnológicos y en el último año, cinco presentaron declaración de invención.
Además, tiene 26 patentes concedidas en México y seis en el extranjero; en materia de vinculación, colabora con aliados estratégicos a nivel local, regional, nacional e internacional.
El CICY ha consolidado dos unidades productivas: la biofábrica “Manuel L. Robert Díaz”, enfocada a la micropropagación de los cultivos de interés comercial como henequén, mezcal, banano, café y cocotero; la unidad productora de semillas, orientada a la producción, el procesamiento y el manejo de semillas hortícolas particularmente, pero no específicamente, de chile habanero.
ANTECEDENTE
Desde su fundación en 1979, el CICY realizó investigaciones en pro del cultivo del henequén y este conocimiento se ha desarrollado para atender áreas prioritarias como agentes tóxicos y procesos contaminantes, materiales, agua, educación, energía y cambio climático, salud, sistemas socioecológicos, conservación de la biodiversidad, soberanía alimentaria y vivienda, entre otros.