Organizaciones de la rama inmobiliaria presentarán ante el Congreso local una iniciativa de Ley Estatal de Prestación de Servicios de Intermediación Inmobiliaria, anunció Enrique Trava Griffin, presidente en Mérida de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
Aunque el objetivo no es incidir en el desarrollo de la industria, sí buscan que aquellas personas que se dedican a la actividad cuenten con una certificación y estén registrados en un padrón para demostrar su capacidad y profesionalismo.
Por lo tanto, la AMPI actualmente trabaja de la mano con la Consejería Jurídica del Gobierno del Estado, cámaras empresariales y otros sectores para presentar la iniciativa el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso local.
“Mérida y Yucatán, en específico, desde hace varios años se han posicionado como marcas muy fuertes y ofrecen una muy buena calidad de vida y seguridad y ha generado un movimiento de migración muy importante, unas 20 mil familias, 70 mil personas que llegan cada año”, señaló.
Ante este panorama “estamos ante un innegable boom inmobiliario”, ya que muchas personas optan por incursionar en esta actividad porque pareciera que, “de alguna manera, es atractivo y creen que hay mucha oportunidad de negocio”.
Sin embargo, cuando las personas que desean adquirir una casa se contactan con un asesor sin experiencia, puede haber riesgos, como que la compra no se concrete o aquellos relacionados con la Ley Antilavado, que se refiere a que no se pueden hacer transacciones en efectivo de más de 770 mil pesos.
Pronóstico del clima para la península de Yucatán
“Un riesgo común es que lleven a su representado o ambas partes a firmar una promesa de compraventa, que es un documento serio que puede forzar a la venta sin haber tenido un panorama fiscal de las partes y al final puede haber una sorpresa de que la operación puede generar una cantidad exorbitante de impuestos”, ejemplificó.
Por ello, Trava Griffin expuso que los profesionistas en la materia deben conocer características legales de la compraventa, finanzas, valuación, aspectos financieros y contar con experiencia en el mercado.
“El escenario es que la gente se autodenomina como asesor inmobiliario, sin importar la carrera o campo profesional que haya desarrollado, de un día para otro abre una inmobiliaria o agencia de bienes raíces y se autodenomina asesor de bienes raíces, sin tener conocimientos indispensables para poder asesorar profesionalmente en la intermediación inmobiliaria”, recalcó.