El duelo por la muerte de la reina Isabel II se ha manifestado con multitudes en las calles para ver el féretro, flores y ofrendas. Sin embargo, hay una minoría que ha aprovechado el deceso para expresar su descontento contra la monarquía.
En días pasados un puñado de personas protestó al paso de la carroza fúnebre de la reina. Con gritos y pancartas abuchearon el reinado, pero inmediatamente fueron desactivadas las muestras de descontento.
Tras muerte de Isabel resurgen protestas contra la monarquía
Por ello, la policía británica afronta críticas de grupos de defensa de las libertades civiles por el trato dado a los manifestantes antimonárquicos que, en franca minoría, desafían la ola de simpatía a la familia real tras la muerte de Isabel II.
Desde el lunes se viralizaron en las redes sociales las imágenes de una manifestante que sostenía una pancarta de protesta con el lema «No es mi rey», en alusión al heredero del trono, Carlos III, y que fue confrontada por al menos cuatro agentes frente al Parlamento británico en Londres.
Andrés, el hijo incómodo de Isabel
Se vio que la escoltaban fuera del lugar, y al parecer la obligaron a situarse en otro lugar lejos de las puertas del parlamento.
El abogado y activista climático Paul Powlesland también escribió en Twitter que un agente le había advertido de que se arriesgaba a ser arrestado después de sostener un papel en blanco frente al Parlamento.
«Me confirmó que si escribía ‘No es mi rey’ en él, me arrestaría bajo la Ley de Orden Público porque alguien podría sentirse ofendido», publicó en la red social, junto a un vídeo en el que se le ve hablando con un agente.
Pero también ha planteado cuestiones sobre el espacio para la disidencia, con varios grupos de libertades civiles advirtiendo que la policía no está respetando los derechos de la pequeña minoría republicana.
Urgen respeto a Carlos III
«Los agentes de policía tienen el deber de proteger el derecho de la gente a protestar, tanto como el de facilitar el derecho de la gente a expresar su apoyo, su dolor o a presentar sus respetos», afirmó en un comunicado el grupo de derechos civiles Big Brother Watch.
«Es muy preocupante ver cómo la policía hace valer sus amplios poderes de una manera tan dura y punitiva para reprimir la libertad de expresión», aseguró.
Sin embargo, los republicanos ven en el ascenso al trono de Carlos III una oportunidad de ganar terreno.
«Carlos es más fácil de criticar» que Isabel II, dijo a AFP Graham Smith, director del movimiento Republic, explicando que «no tiene el mismo apoyo que la reina», y «no está protegido por la misma aura».
¡No es mi rey! Dos antimonárquicos abuchean al rey Carlos III durante cortejo fúnebre de Isabel II
Dato:
Un sondeo publicado en mayo de este año por el instituto YouGov reveló que un 13% consideran a la institución «mala» para el país, y un 54% «buena».
– Derecho a la protesta –
La propia policía admitió implícitamente el exceso de celo de sus agentes.
«El público tiene absolutamente el derecho a protestar», recordó el subcomisario de la Policía Metropolitana Stuart Cundy en un comunicado.
«Lo hemos dejado claro a todos los agentes que participan en la operación policial extraordinaria que se está llevando a cabo y seguiremos haciéndolo», agregó.
El féretro de la reina fue expuesto al público por primera vez el lunes en Edimburgo tras una procesión silenciosa en la que un joven gritó al príncipe Andrés, mientras marchaba detrás del coche fúnebre.
El agresor, que llamó a Andrés «viejo enfermo», en referencia a sus vínculos con el financiero pedófilo estadounidense Jeffry Epstein, fue desalojado y escoltado por la policía.
Los transeúntes reaccionaron gritando «¡Dios salve al Rey!».
La policía escocesa confirmó que dos personas habían sido detenidas y acusadas el lunes por delitos de orden público.
«Obviamente, este es un periodo de luto nacional para la mayoría, la inmensa, inmensa mayoría del país», dijo un portavoz de la primera ministra Liz Truss a la prensa el martes.
«Pero el derecho fundamental a la protesta sigue siendo una piedra angular de nuestra democracia», añadió.
La Ley de Orden Público del Reino Unido, de 1986, otorga a la policía poderes para detener a las personas consideradas culpables de causar «acoso, alarma o angustia» mediante «palabras o comportamientos amenazantes o desordenados», incluyendo la colocación de pancartas.
Con información de agencias y AFP
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