«Se debe tener claro que el período estatutario de la actual dirigencia nacional concluye el 19 de agosto de 2023; fecha límite para que rinda protesta la nueva dirigencia nacional una vez agotados los procedimientos del proceso interno de elección; y en este contexto la convocatoria para la renovación de la dirigencia, en términos legales y estatutarios se debe expedir a más tardar en el mes de marzo de ese año. Por esta razón es preciso tener en cuenta que a la dirigencia encabezada por Alejandro Moreno ya no le corresponderá la atención del proceso electoral 2023-2024», señalaron.
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Aclararon que los Estatutos del Partido permiten la renovación de la dirigencia nacional dentro de los seis meses previos al término del período estatutario.
Refirieron que de acuerdo con el calendario legal, la nueva dirigencia que se elija debe contar con el tiempo necesario y suficiente para la preparación del proceso electoral de 2024 en lo que se refiere al diseño e instrumentación de estrategias, los procesos internos de postulación de candidaturas y, sobre todo, la concertación y construcción de alianzas electorales.
«Está claro que la dirigencia nacional que inicie su ejercicio en agosto de 2023, cuando vence el periodo de Alejandro Moreno y de Carolina Viggiano, debe ser una dirigencia nueva, sin compromisos cuestionables, incluyente, abierta, con amplios consensos y autoridad moral para postular candidatos, realizar negociaciones confiables y concretar la Alianza Electoral exitosa que la oposición requiere».
Asimismo, resaltaron «los pésimos resultados obtenidos por el PRI en las elecciones de 2021 y 2022 en los que sólo se ganó una de las 21 gobernaturas en contienda (con el apoyo del PRD y el PAN que encabezó la Alianza); y dejamos de gobernar 10 Estados de la República, son la muestra más clara de que las cosas no marchan bien en la conducción del Partido».
En el documento, señalan que a estos hechos se debe sumar la consideración del ejercicio de la Presidencia del CEN «caracterizada por la concentración de decisiones y altamente personalizada de la dirección nacional del partido y la falta de apertura, diálogo, asi como la inclusión de ciertos grupos y personas que no cuentan con prestigio y trayectoria en la conformación de listas de candidatos a legisladores, alcaldes y gobernadores, lo mismo en los Consejos Politicos Nacional y estatales».
Y señalan que no pueden soslayar los efectos negativos ante la opinión pública y la ciudadania «de las criticas crecientes de integrantes de los medios de comunicación nacional asi como de filtraciones que han afectado la imagen del actual dirigente y que ponen en tela de duda los valores civicos y éticos del perfil de un liderazgo que debe generar credibilidad y respeto hacia el interior del partido, en la ciudadanía y, particularmente, en quienes serán parte de la Alianza que habrá de formarse para competir con posibilidades de éxito en las elecciones que vienen».