El papa Francisco expresó su «preocupación» por las crecientes tensiones entre el gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica, dos días después de la detención de un obispo crítico del presidente Daniel Ortega.
Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y crítico de Daniel Ortega, fue detenido el viernes y trasladado a su residencia familiar en Managua donde permanece privado de libertad, en el más reciente episodio del enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia católica.
El obispo de 55 años estaba sitiado en la curia de Matagalpa por la policía desde el 4 de agosto, en el marco de una investigación por «organizar grupos violentos» e incitar al «odio» para «desestabilizar al Estado de Nicaragua».
Un guardia suizo se desmaya en plena audiencia del papa Francisco
Daniel Ortega ostenta la presidencia de Nicaragua desde 2007, tras ganar tres elecciones consecutivas y gracias a cambios en la Constitución de ese país, promovidos por él mismo en 2011 y 2014, que le permiten reelegirse indefinidamente y sin esperar un periodo alterno.
Entre 2018 y 2019, la iglesia católica nicaragüense buscó ser mediadora entre gobierno y oposición, pero el presidente la acusó de apoyar una propuesta que adelantaba las siguientes elecciones y acortar su periodo en turno.
Durante los últimos años, las represalias contra el apoyo de la iglesia a la opisición se han materializado en el cierre de medios católicos, entre ellos el canal de la Conferencia Episcopal, así como la ilegalización de asociaciones católicas y la expulsión de nuncios extranjeros.
El guerrillero de 76 años acusa a la iglesia de ser parte de un golpe de Estado planeado en Estados Unidos.
Con información de 24 Horas Nacional
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