El amor fraternal, la amistad, el respeto a la vida, el gusto por el baile y la alfarería fueron temas que María Eunice Gómez Aké, de siete años de edad, y más habitantes de Tahmek apreciaron durante la proyección de siete cortometrajes, que la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), organizó, a través de Gigante Cinema.
Dicho programa recorre varios municipios y comisarías de todo Yucatán, para llevar las propuestas de noveles creadores y compartir su visión sobre diferentes tópicos con la población, dentro de la estrategia de acercar actividades de esta índole al interior del estado y descentralizar los servicios del ramo, añadió un comunicado del Gobierno de Yucatán.
“Me gustó mucho Olas del cielo; la historia de ese pájaro y su amiga Francisca estuvo bonita, deja un mensaje de amistad y apoyo”, expresó la espectadora, sobre el corto que dirigió Gildardo Santoyo del Castillo, mientras que la madre de familia Elvia Beatriz May Keb opinó que este tipo de acciones es importante, porque “las y los niños aprenden sobre nuestra cultura y de lo que se vivía de antes”.
Las personas que acudieron al parque principal de la referida demarcación vieron Faisán y el Venado, de Darío Caballero, que narra la leyenda de la icónica ave yucateca, a través de dos hermanos, cuyo vínculo y el amor fraternal del mayor trascienden a la muerte, al cuidar al más pequeño ante los peligros del monte.
En la animación Paal, del mismo director, fue presentada la historia del niño mayahablante que da nombre a la cinta, quien al llegar a la ciudad y entrar a la escuela, enfrenta las brechas del lenguaje con apoyo de una compañera, demostrando que, con la ayuda de los demás, los problemas son pequeños.
Capacitan a jóvenes para desarrollar producciones cinematográficas
Luego, en La figura entre los árboles, de Ramón Rosado, se aborda el valor de la vida de todos los seres vivos, cuando un padre que acude a trabajar su milpa lleva a su hijo consigo y le enseña el valor, tanto de los animales, como de las plantas, a quienes deben respetar, pues de ellos se depende para sobrevivir.
Ritmo, música, pasión y, sobre todo, el amor que surgió entre Mercedes Acosta y Arturo Cruz pueden percibirse en el documental Bailando Somos, de Andrea Pacheco, cuyo guion se centra en las personas adultos mayores, que cada semana, se reúnen los domingos por las mañanas, en el Parque de Santa Lucía, al son de la cumbia y otros géneros tropicales, para compartir su forma de vivir y sentir.
Cecilia Medina Silva retrata, en su filme, a la familia Espadas Dzul, una de las pocas que continúan trabajando el barro en la entidad, con Chac lu’um, un rescate de la cerámica, que muestra el proceso de la alfarería tradicional maya, parte de la herencia y el legado de la maestra artesana Juanita Dzul, quien les dejó el ímpetu y espíritu para mantener viva esa técnica ancestral.
Joaquín Vázquez e Iván Pat presentaron La banca confidente, que describe la historia de la creación del icónico asiento, que se ubica en muchos parques de Yucatán; según los realizadores, es producto del ingenio de un padre para dejar que a su hija la enamoren sus pretendientes, sin que estén tan cerca.
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