Incide depredación de la selva en aumento de la temperatura
Incide depredación de la selva en aumento de la temperatura. La Península de Yucatán es la región que más devasta su ecosistema.

Si bien hay varios factores que inciden en el aumento de temperatura en la Península de Yucatán, la deforestación es uno de los más importantes, pues esta región del país tiene niveles críticos en dicha problemática.

Incide depredación de la selva en aumento de la temperatura

Especialistas en el medio ambiente alegan que, en los últimos años, la temperatura aumentó, pues tan solo en el estado pasó de 33 a 37.4 grados Celsius; este mismo indicador refiere que el incremento es de 0.6 a 2.8 en la Temperatura Media Anual (TMA).

Por otra parte, de acuerdo con la Estimación de la tasa de deforestación bruta en México para el periodo 2001-2008, elaborada a través del método de muestreo por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), “las zonas más críticas de la deforestación, identificadas por los patrones de incidencia, se localizan principalmente en la Península de Yucatán”.

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El informe revela que la zona noreste de la entidad es la más afectada; en Campeche, sucede lo propio el centro y suroeste, mientras que en Quintana Roo, el problema se agudiza en la región suroeste.

Chispas, Michoacán y Jalisco también presentan deforestación bruta alta, pero no en áreas tan amplias como en la región peninsular.

Investigadores refieren que la depredación de la selva cálido-húmeda, ecosistema endémico que predomina en la Península de Yucatán, tiene dos principales factores: el crecimiento de la mancha urbana y el uso de la tierra para la agricultura y la ganadería.

Según la Conafor, a nivel nacional se perdieron 212 mil 70 hectáreas anuales de flora, de 2001 a 2018.

En dicho periodo, la deforestación bruta de las selvas cálido-húmedas fue de 87 mil 884 hectáreas al año; seguidas por aquellas cálido-secas, con 57 mil 733 hectáreas devastadas, y sierras templadas, con un promedio de degradación de 32 mil 840 hectáreas al año.

PROPUESTA

Para mitigar un poco el impacto ambiental, que ocasiona que la temperatura aumente, proponen que se regule un impuesto por las emisiones de dióxido de carbono a partir de estas actividades y las posibilidades económicas que tenga el productor.

El objetivo es reducir los niveles de CO2 en la entidad, pero sin mermar la operación de agricultores, pues son parte esencial de la reactivación económica, especialmente ahora que se reanudan las actividades tras la pandemia por Covid-19.

REDACCIÓN