Tráfico y comercio ilegal de aves, imparable

Yucatán es uno de los estados con mayor diversidad de especies de aves, sin embargo, este patrimonio natural es afectado por cazadores furtivos o “tramperos” que trafican y comercian ilegalmente con estos animales, denunció el especialista en Ornitología, Ismael Arellano Ciau.

Tráfico y comercio ilegal de aves, imparable

La captura y comercialización ilícita constituye el principal problema de depredación de estas aves en Yucatán, estado que tiene una gran diversidad comparable a Oaxaca y Chiapas, observó en entrevista con un medio local.

De sus recorridos por zonas naturales protegidas del estado, refirió haber detectado “tramperos” que muestran credenciales y supuestas autorizaciones expedidas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y llevan en sus jaulas decenas de ejemplares de cardenales y otras especies de mayor demanda en el mercado negro.

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Por lo anterior, pidió la intervención en vigilancia e inspección de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), así como de la Semarnat, cuya competencia es precisamente la protección de las reservas de la biósfera y las áreas naturales.

“Yucatán tiene una gran biodiversidad de aves tanto residentes como migratorias, que suman unas 566 especies, más de las que se han registrado en Campeche y Quintana Roo, estados donde también se da este problema de tráfico ilegal”, resaltó el investigador.

Arellano Ciau informó ser también guía certificado por la Secretaría de Turismo, quien organiza recorridos ecoturísticos por santuarios de aves, como el de “Amazili”, ubicado en el municipio de Chankóm, a 12 kilómetros del sitio arqueológico de Chichén Itzá, donde anidan unas 146 especies.

También identificó como factor de depredación la acelerada adquisición de lotes de tierras ejidales para la edificación de conjuntos habitacionales o casas veraniegas, lo que afecta el hábitat y espacios de desarrollo natural de las aves, sobre todo en las zonas costeras.

“El problema es la ambición desmedida por ese tipo de terrenos para cambio de uso inmobiliario sin que a nadie la importe la conservación del medio ambiente”, lamentó el ornitólogo, quien destacó la presencia de especies endémicas que representan un patrimonio natural de gran valor.

Por ejemplo, citó la llamada “perlita yucateca”, antes considerada una subespecie, pero al profundizar los estudios de genética es posible afirmar que es una especie, lo que representa un bien natural del estado, donde residen abundantes aves de selva baja y, por ello, son susceptibles a la cacería furtiva.

Igual mencionó que el aviturismo es una actividad creciente en Yucatán, donde existen cerca de 10 reservas privadas para la conservación y avistamiento de aves, lo que permite a los visitantes nacionales y extranjeros conocer y distinguir tanto variedades como el canto de esos animales con plumajes de gran colorido.

/LECTOR MX