En Tizimín, personal de la Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA), Aviario Las Yuyas, trabaja para proteger al loro yucateco y evitar su captura e ilegal comercialización, misma que ha aumentado en el mercado negro y provocado la muerte de cientos de ejemplares que no sobreviven al impacto.
Así lo ha dado a conocer Genny Guadalupe Chávez Rodríguez, quien se dedica a cuidar varias especies de aves, entre ellas el loro yucateco que, según cuenta, cada año peligra al ser un blanco fácil para quienes los venden de forma ilegal lo que ha provocado una enorme merma en la cifra de especímenes existentes, que aumenta debido a que la mayoría de sus polluelos perecen en los incendios.
Esta Unidad tiene como objetivo la conservación, reproducción y crianza de las aves en peligro de extinción, protegiéndola del hombre, su principal depredador, causante de la alteración de su hábitat y de la continuidad de la especie debido a su captura.
Chávez Rodríguez comentó que en los últimos años, la venta de estas aves en el mercado negro ha aumentado de manera significativa, además de que no todas las capturadas logran sobrevivir a la transportación o a la crianza doméstica con métodos no aptos para su salud y bienestar.
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La protectora de la especie dijo que durante marzo, abril y mayo los depredadores ubican los nidos, la mayoría ubicados en los huecos de los tallos de las matas de palma de guano. En mayo empiezan el nacimiento de los loros y es momento en que los bajan de sus nidos y los venden a precios que oscilan entre los 600 y mil pesos.
Por desgracia, no todos se venden debido al alto índice de mortalidad de la especie en esta etapa, pues apenas el 1% sobrevive al proceso de adaptación, muchas veces por una alimentación inadecuada para el polluelo.
Según Genny Chávez, esta es la etapa de mayor mortalidad de la especie debido a la captura furtiva; “no hay conciencia y la gente quema los potreros arrasando con los nidos de los loros yucatecos. Mi objetivo es devolverle un poco a la naturaleza, me duele ver cómo los queman, cómo los roban de sus nidos con fines comerciales, tengo un amigo que trabaja en Sanidad Vegetal, quien me informó que a un ganadero no lo pudieron convencer de que no queme sus potreros porque habían muchos nidos con loros”.
“Me pidió que si los criaba los bajaba, desafortunadamente al retornar al lugar ya habían quemado la superficie y habían perecido todas las aves. Lograron rescatar las pocas que quedaron, las pájaras en sus mayoría abandonaron los polluelos que murieron calcinados; otros quedaron bajo los troncos quemados aplastados con graves quemaduras, rescataron a cinco, sólo a una no pude salvar, contó. /REDACCIÓN
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